¿Qué ha pasado en 2016?
Sin embargo, si las temperaturas siguen aumentando como hasta ahora -febrero de 2016 ha sido el más cálido a nivel global desde que se tienen registros- esta combinación de factores podría dejar de dar beneficios. Tras examinar registros de cosechas en Francia hechos desde hace 400 años, un estudio publicado en la revista Nature Climate Change muestra que la vendimia en Francia se ha adelantado, de media, dos semanas con respecto a lo que solía ser habitual.
Benjamin Cook, autor principal del estudio y climatólogo de la Universidad de Columbia (EEUU), explica que, cuando el verano es más cálido de lo habitual, las uvas maduran antes, lo que lleva a una recogida más temprana. "Con el calentamiento global, casi cada año es cálido, lo que significa que casi cada año la fruta madura más pronto". Lo más interesante del estudio es que, antes de 1980, para tener un año realmente cálido también era necesaria la sequía. "La razón de esto es que durante la sequía hay muy poca evaporación en la superficie y, en vez de eso, toda la energía del sol se centra en calentar el terreno y la temperatura del aire".
Otra de las autoras del estudio, Elizabeth Wolkovich, ecóloga de la Universidad de Harvard (EEUU), afirma que "si las temperaturas siguen aumentando, alcanzaremos un punto de inflexión. La tendencia general es que las cosechas más tempranas dan lugar a mejores vinos, pero probablemente llegaremos a un umbral en el futuro en el que las temperaturas más altas no significarán mejor calidad".
Un estudio anterior determinó que, para 2050, dos tercios de las regiones actuales dedicadas al vino ya no tendrían las condiciones climáticas adecuadas para que la uva crezca. Ante este panorama, los investigadores se plantean si sería posible "trasladar" los viñedos a zonas donde la temperatura fuese la que la variedad de uva requiere. En caso de que hubiera una parcela de terreno disponible para la uva del vino en otra zona, sería prácticamente imposible duplicar las condiciones exactas en las que se cultivan, y estas cosechas son sólo uno más de los ciclos biológicos que se están viendo alterados por los efectos del cambio climático, por lo que los resultados serían inciertos.